Podemos decir que casi durante todo el año nos preocupamos por nuestras defensas. Es por eso que podemos preguntarnos si de verdad existen vitaminas y minerales para fortalecer el sistema inmune. Ya sea en época de resfriados, meses con cambios bruscos de temperaturas, fatiga o cansancio, nuestro cuerpo tiene que estar preparado. Hoy te informamos sobre qué sustancias debes tener presente para estar siempre al 100%. ¡No te pierdas las siguientes líneas!

Síntomas de que tengo las defensas «en baja forma»

Hay días en los que es normal levantarse algo fatigados o fatigadas. Quizás sea por el ritmo de vida que llevamos o porque ha habido un periodo de tiempo exigente para nuestro cuerpo. No obstante, esto suele ser puntual.

Si llega el momento en que casi periódicamente te levantas cansado, fatigada, con dolores musculares que no puedes asociar a nada… Es aquí cuando realmente sabes que algo está fallando. Tu cuerpo te está diciendo que tus defensas están un poco bajas.

Pero no te preocupes, existen vitaminas y minerales para fortalecer el sistema inmune. Pero, ¿qué es lo primero que tienes que hacer?

La importancia de una alimentación variada y equilibrada

Este sería el primer paso. Una alimentación variada y equilibrada te puede proporcionar todas aquellas sustancias necesarias para levantar esas defensas. Decimos variada y equilibrada porque cualquier desajuste en la alimentación va a repercutir, en mayor o menor manera, en tu salud. Cada alimento tiene unas propiedades nutricionales diferentes, y es aquí donde entra el término «variada». El conjunto de todas las clases de alimentos saludables da como resultado que tu organismo se beneficie de todas y cada una de las sustancias que necesita.

Según la mayoría de las agencias para la salud que existen en nuestra sociedad, como AEFSA, hay una serie de vitaminas y minerales que influyen directamente en nuestro sistema inmunitario. Estos son tales como las vitaminas A, B6, B12, C y D, y minerales como el cobre, el folato, el hierro, el selenio y el zinc, entre otros.

Estas sustancias son las protagonistas, aquellas que influyen en un correcto funcionamiento de nuestro sistema inmunitario.

¿Es mejor si me suplemento?

La respuesta es ambigua: depende. ¿Por qué? Porque, en primer lugar, la suplementación no debe sustituir nunca una alimentación variada y equilibrada. Y, en segundo lugar, porque hay que tener cuidado. Cuidado de si tenemos algún tipo de patología previa o si podemos llegar a tener algún problema que estamos consultando en esa época con nuestro médico. Por ende, si se padece de alguna patología, nuestra recomendación es que la suplementación de sustancias como las vitaminas o los minerales deben de ir precedidas por una recomendación médica. Por otro lado, si tu salud es correcta o sabes al 100% que no existe contratiempo alguno, bastará con que consultes con tu farmacéutico de confianza.

¿Por qué esta precaución? Si son sustancias «buenas», ¿porqué no puedo tomar suplementación de las mismas libremente? Pues porque un exceso de estos micronutrientes puede ser perjudicial para nuestra salud. Hay que tener en cuenta que hablamos de sustancias acumulativas, por lo que un consumo extra y prolongado de las mismas hará que se vayan acumulando cantidades que desencadenarán en problemas, ya sea en nuestros vasos sanguíneos, tejidos blandos, huesos, etc.

Además tenemos que tener en cuenta las posibles interacciones de estas mismas sustancias con otro tipo de medicamentos.

Vitaminas y minerales para fortalecer el sistema inmune: dieta Mediterránea

De todas las vitaminas que hemos nombrado anteriormente, es la vitamina A la que mayor asociación tiene con nuestro sistema inmune. ¿Dónde encontrarla? En los huevos o la leche, por ejemplo. También podemos encontrarla en frutas como la cereza o el melón.

Posteriormente, la vitamina C también es muy importante. Normalmente la asociamos sobre todo a los cítricos, como las naranjas. Pero ojo, también la puedes encontrar en muchas verduras como los pimientos, las coles o los tomates.

Por último, pero no menos importantes, las vitaminas B y D.  La vitamina B está presente en casi todos los grupos de alimentos. Puedes consumirla comiendo carne, huevos, lácteos y frutas y verduras en general. Respecto a la D, es la que sintetizamos a través de la piel mediante la luz solar. Comúnmente suelen llamarla la «vitamina de la luz», y es que la exposición a la luz solar es muy beneficiosa en nuestro organismo. Además, también tenemos vitamina D en pescados grasos como la caballa o el salmón, y también en los huevos.

En cuanto a los minerales, es quizás el hierro el más destacado. Podemos encontrarlo en alimentos como la carne, las espinacas y en muchos pescados. Seguidamente del hierro tenemos el zinc y el selenio, que habitan mayormente en la carne roja, el marisco o en el atún.

Como ves muchas de estas sustancias están presentes en alimentos clásicos de la dieta Mediterránea. De ahí que los médicos recomienden este tipo de pauta alimenticia.

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