La costra láctea es una descamación cutánea muy común en los bebés recién nacidos, por la que no tienes de qué preocuparte. Se trata de una alteración inflamatoria en la piel, normalmente en el cuero cabelluda, caracterizada por enrojecimiento y aparición de escamas o costras de color amarillento.

Los bebés que presentan costra láctea no tienen ningún dolor, ni tampoco escozor o picor, simplemente se trata de una cuestión estética que con algunos cuidados de higiene desaparecerán.

¿Porqué se produce la costra láctea?

No se sabe con exactitud las causas de la costra láctea, pero se cree que es debido al crecimiento exagerado del epitelio del cuero cabelludo. “El crecimiento del niño durante los primeros meses es muy grande. Entonces, la capa cutánea, que también crece, se descama y provoca esta pequeña lesión conocida como la costra láctea”, explica el Doctor Jordi Pou, pediatra del hospital Sant Joan de Déu, en Barcelona. Además, añade que no tiene ningún valor patológico, es únicamente un valor estético.

5 Consejos para tratarla

  • Cepillar diariamente el cabello del bebé con un cepillo específico, en el sentido del crecimiento del pelo, y muy suavemente. Es importante no tratar de desprender las escamas con el cepillo, empeorarías la irritación.
  • Aplicar un producto específico para la costra láctea, justo antes del baño. Dejar actuar 30 minutos y aclarar con agua tibia. Después lavarle el pelo con un champú específico para recién nacidos, masajeando la cabeza muy suavemente hasta que aparezca espuma.
  • Aclarar la cabeza del bebé con agua tibia
  • Evitar agresiones del aire, frio o sol intenso
  • Prevenir la sudoración del bebé

Es importante que el cuidado se haga de una forma natural y suave, sin intención de rascar las costras para así deshacerse ellas. Esto podría provocar irritación e incluso llegar a la infección. En el caso de que el bebé tenga la suficiente autonomía como par rascarse, es importante que le cortes muy bien las uñas para evitar que se haga alguna herida en esta zona.