Seguramente si te decimos enfermedad de Osgood-Schlatter te suena bastante a chino… es por eso que hoy en Farmacia Lizandra vamos a hablar de ella, de sus causas, sus síntomas y su tratamiento. Créenos, te interesa, y más aún si tienes hijos que están llegando a la adolescencia y, además, son deportistas, pues es mucho más frecuente en adolescentes activos. Tranquilo/a, la enfermedad de Osgood-Shclatter da mucho menos miedo que su nombre. ¡Vamos a ello!

 

¿Qué es?

Empezaremos por explicarte de qué se trata exactamente: la enfermedad de Osgood-Shclatter es una osteocondrosis, un grupo de trastornos de las placas de crecimiento. Se desarrolla entre los 10 y 15 años, y suele ser más frecuente entre los niños, aunque la brecha de género se está reduciendo a medida que más niñas participan en deportes.

Hace referencia a una lesión en la zona de crecimiento del hueso donde se ancla el tendón rotuliano. No existe un acuerdo general entre médicos sobre cuál es el mecanismo que origina la lesión, pero todos coinciden en que participa el sobreuso y la sobrecarga.

El riesgo de que un adolescente desarrolle la enfermedad de Osgood-Schlatter, como comentábamos anteriormente, se incrementa con la práctica de deportes que implican correr, hacer giros y saltar.

 

Causas, síntomas, pruebas

Esta enfermedad, como bien apuntábamos anteriormente, se produce por una sobrecarga mecánica en una zona de crecimiento de la tibia. Tal y como explica un experto en traumatología infantil, las áreas donde crecen los huesos, llamadas platillos de crecimiento, son relativamente débiles y pueden lesionarse con relativa facilidad. El tendón rotuliano, que se encuentra justo por debajo de la rótula, se inserta en el cartílago de crecimiento de la tibia y tira fuertemente de él para estirar la rodilla. Ello puede provocar sobrecarga repetida en esta zona, alteración de los tejidos, insuficiencia en la vascularización, trastorno de la osificación y fenómeno inflamatorio en un intento de reparación.

El principal síntoma es una hinchazón dolorosa sobre una protuberancia en el hueso de la pierna inferior. Además, el dolor empeora con el ejercicio y por eso puede existir cojera después de la actividad.

 

Cómo la tratamos

La enfermedad se suele resolver cuando los huesos de los niños dejan de crecer.

En casos leves, los pediatras recomiendan limitar las actividades que causan dolor, y seguir practicando deporte siempre y cuando el dolor sea leve.

En los casos más graves, se requiere más tiempo de descanso y se suele detener todo el deporte y la actividad física.

Una vez controlada la lesión, muchos pediatras recomiendan el uso de plantillas absorbentes de impactos para reducir la sobrecarga en la rodilla. Aplicar calor húmedo durante 15 minutos antes de la actividad o hielo durante 20 minutos después. Además, es importante disponer de un programa de estiramientos, centrado en isquiotibiales y cuádriceps, antes de la actividad física. Es posible que el pediatra también recomiende analgésicos como el ibuprofeno, así como soporte infrapatelar y rodilleras como la de Osgood-Schlatter.

 

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